El lenguaje de la Química:
En química se
utiliza un lenguaje especial a base símbolos químicos, fórmulas químicas y ecuaciones
químicas.
- Los símbolos químicos son los
signos abreviados que se utilizan para identificar los elementos y compuestos
químicos en lugar de sus nombres completos. Algunos elementos frecuentes con
sus símbolos son: carbono C; oxígeno
O; hidrógeno H; cloro Cl; azufre S; magnesio Mg; aluminio Al; cobre Cu; hierro Fe; plata Ag. La mayoría
de los símbolos químicos se derivan de las letras griegas del nombre del
elemento, principalmente en latín, pero a veces en inglés, alemán, francés o
ruso. La primera letra del símbolo se escribe con mayúscula (imprenta), y la
segunda (si la hay) con minúscula.
- La fórmula química es la
representación de los elementos que forman un compuesto y la proporción en que
se encuentran, o del número de átomos que forman una molécula. También puede
darnos información adicional como la manera en que se unen dichos átomos
mediante enlaces químicos e incluso su distribución en el espacio.
- La ecuación química es una
descripción simbólica de una reacción química. Muestra las sustancias que
reaccionan (llamadas reactivos o reactantes) y las sustancias que se originan
(llamadas productos). La ecuación química ayuda a visualizar los reactivos que
son los que tendrán una reacción química y los productos, que son las
sustancias que se obtiene de este proceso. Además se pueden ubicar los símbolos
químicos de cada uno de los elementos o compuestos que estén dentro de la
ecuación y poder balancearlos con mayor facilidad.
La Matemática, el lenguaje de la
Física:
En física se
representan conceptos básicos mediante símbolos matemáticos, por ejemplo x, v,
t, m para designar la posición, la velocidad, el tiempo y la masa
respectivamente, y se establecen métodos experimentales bien precisos para
asignarles a estos símbolos valores numéricos. Por ejemplo si se estudia la
emisión de radiación por una sustancia, se observará que la cantidad de materia
activa va disminuyendo a lo largo del tiempo. Pero esta variación cualitativa
no alcanza, es necesario saber exactamente qué cantidad de materia queda en
cada momento. Para expresar esta relación entre el tiempo transcurrido y la
cantidad de materia se recurre a una ecuación matemática.
De esta
manera, las relaciones cualitativas entre los conceptos (cuando se suelta un
cuerpo en el vacío, su velocidad aumenta a medida que cae) se transforman en
relaciones cuantitativas expresadas mediante ecuaciones.
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